Nacido en Vinaròs, criado entre tijeras y espejos, Manolo lleva más de 28 años perfeccionando el arte de la barbería. Durante diez años trabajó junto a su padre en una barbería tradicional en la Calle del Pilar, de Vinaròs. Pero como ocurre con las personas inquietas, llegó un momento en que la rutina comenzó a pesar. La barbería funcionaba, sí, pero faltaba algo: inspiración, motivación, una nueva mirada.

Un viaje que cambió su vida

Cuando la vida parecía estar ya escrita, Manolo hizo lo que muchos no se atreven: romper con lo seguro y buscar lo verdadero. Traspasó su barbería en la Calle Doctor Fleming y se marchó a Cuba, un país que ya conocía y que le había conquistado por su ritmo, su arte y su gente. Allí no solo encontró un nuevo hogar, sino también una forma distinta de ver la vida: más humana, más intensa, más creativa.

En La Habana, comenzó a trabajar en un gabinete de diseño gráfico que incluía una galería de arte, donde pronto se convirtió en su relaciones públicas. Participó en eventos culturales, en exposiciones y se sumergió en el mundo artístico de la capital cubana, colaborando con talentos como X Alfonso y su proyecto cultural «La Fábrica del Arte Cubano«.

Formar, compartir, devolver

Aunque se alejó de la rutina diaria de la barbería, nunca dejó de ser barbero. En Cuba, Manolo ofreció clases de formación gratuita a jóvenes y personas en riesgo de exclusión, a través del reconocido proyecto social Arte Corte, dirigido por Papito Valladares. Allí comprendió que la barbería también es una forma de arte, una herramienta para dignificar, para empoderar.

De la barbería al videoclip

La creatividad de Manolo lo llevó también al cine y la música. Participó como peluquero en videoclips cubanos, como el del cantautor Ray Fernández para la canción «Al que fuma, bebe y canta«, parte del álbum Mamá ando contento. En esta producción de EGREM, dirigida por Luis Lago, Manolo se encargó del maquillaje y la peluquería, aportando su estilo y precisión en una producción que refleja la identidad artística de La Habana.

Tradición, aroma y diseño con alma cubana y valenciana
Barbershop Manolo’s no es solo un lugar para cortarse el pelo. Es una experiencia. Y esa experiencia también se traduce en productos únicos, como el jabón de afeitar artesanal creado junto a Joserra, jabonero artesano español. Inspirado en las naranjas de Vinaròs y València, este jabón combina notas de naranja, pomelo, cedro, pimienta negra, pachulí y vetiver, ofreciendo una fragancia sofisticada y memorable.

El diseño de su etiqueta fue obra de Jorge Félix, diseñador gráfico cubano y amigo personal de Manolo, quien también colaboró en la identidad visual de la barbería. Este jabón solo se puede adquirir en el local, convirtiéndose en una auténtica pieza de colección para quienes visitan la barbería.

Regreso a casa con el alma llena

Tras su etapa en Cuba, Manolo regresó a su tierra natal. Primero volvió a Vinaròs, y más tarde se estableció en València, donde decidió dar forma definitiva a su proyecto más personal: Barbershop Manolo’s. Ubicada en Carrer de Baldoví, 2, la barbería combina lo mejor del estilo clásico con el alma caribeña. Es un espacio donde se respira calma, autenticidad y atención por el detalle.

Aquí, el cliente no es un número. Es una historia. Y cada corte, cada afeitado, es una forma de cuidarla, de escucharla, de acompañarla. La barbería no es un trámite, es un ritual. Y Manolo lo sabe bien.

Hoy, una barbería con alma

Barbershop Manolo’s es el resultado de una vida intensa, de muchos viajes, de aprendizajes profundos. Es el reflejo de alguien que no se conformó, que buscó su camino y que hoy lo comparte con quienes cruzan la puerta de su local.

Si buscas algo más que un corte, si quieres conectar con una historia viva, si te apetece disfrutar de un ambiente único, cercano y con sabor a Cuba y Mediterráneo, Barbershop Manolo’s te está esperando.

Bienvenido. Aquí se corta el pelo, sí. Pero también se conversa, se ríe, se recuerda. Porque esta no es una barbería cualquiera. Es la barbería de Manolo Sabater.